24/9/08

Discos de antes (1)

Hay una canción de Quique González de éstas medio escondidas que se titula Discos de antes. Dice en un momento "estas noches encerrado en casa […] escuchando discos de antes"; supongo que él se refería a los que formaban parte del pasado que compartía con la chica que ahora trata de olvidar. A mí en cambio me da por pensar en "discos de antes" que descubro ahora, a veces por casualidad y otras –las que más molan– guiado por otros.


Para el Cold Fact de Sixto Díaz Rodríguez me faltan las palabras. Escucharlo por primera vez esta semana ha sido como cuando me compré el Forever Changes de Love y no sabía si volver a escuchar la misma canción o dejar que el cd rodase en el discman para descubrir la siguiente. Aquí se puede escuchar el disco entero en streaming. Hazlo y ya está.

La historia de Rodríguez da para artículos de veinte páginas, pero yo me he quedado con algunos detalles con los que ya tengo bastante, tampoco es cuestión ahora de volverse loco. Ahora tiene 66 años, yanqui-mexicano de Detroit; a finales de los 60 pudo haber sido una mini-estrella a la estela de los cantautores del Greenwich Village neoyorquino, con el plus de que él si tenía experiencias de vagabundeo y miseria auténticas, sin pijeríos. Le grabaron un disco, Cold Fact, y no se comió nada. Y otro, pero tampoco. Así que lo dejó y se puso a trabajar como operario en fábricas, profesor, hizo sus pinitos en la política local... Por carambolas de la vida, Cold Fact se convirtió en un disco fundamental en la Sudáfrica del Apartheid. Rodríguez permaneció durante años ajeno a este hecho; el resto del mundo siguió ignorándole.

Gracias a un DJ australiano, un fan sudafricano –que montó la web-homenaje sugarman.org- y algún entusiasta que quedaba, se ha reeditado Cold Fact y este verano ha empezado una pequeña Rodríguezmanía. La cosa no irá muy lejos, dentro de dos meses ya no será moderno y otra vez volverán a olvidarse de él. Cabrones. A pesar de que me han previsto un alzheimer terrible, yo sé que nunca me olvidaré de Cold Fact porque 1) hace que folk y funk suenen naturales juntos, 2) es maravilloso que un artista te dé personalmente las gracias al final por escuchar su disco y 3) tiene un verso en la canción 'I wonder' que vale por millones: "I wonder how many times you had sex, and I wonder do you know who will be next".

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