30/11/08

El iPod me lee la mente

Hace una semana estaba en Berlín y volvía andando al hotel de un concierto de Josh Rouse. Formaba parte del cartel del Sit Down and Sing Tour, con Down Pilot –horrible– y Loney Dear –un sueco poperillo y castrati que me moló un poco–. Josh Rouse tocaba él solo y fue un poco rollo, pero aún así moló escucharle cantar (y contar la historia de) Hollywood Bass Player; miedo me dio cuando hizo una especie de nana-bossa en castellano.


Josh Rouse introduciendo y cantando Hollywood Bass Player en el concierto al que fui en Maschinenhaus, Berlín.

Volvía al hotel y después de semanas sin hacerlo, le di al modo aleatorio del ipod. [Inciso: Esos días en Berlín, estuve todo el rato con los cascos puestos, porque estaba solo y porque era lo único que tenía para que me cubriera las orejas del frío polar] Al darle al play empezaron a suceder fenómenos extraños.


Supegrass en Later iwth Jools Holland tocando Diamond Hoo Ha Man!, de su último disco. Si no la habías escuchado antes puede que sea porque su compañía no se han gastado un duro en promocionarles. Supergrass acaban de rescindir contrato con EMI y han anunciado que se lo montarán solos a partir de ahora.

Paso por delante de un bar en un vagón y me acuerdo de Supergrass. Su último disco Diamond Hoo Ha lo grabaron allí y hablando con Mick Quinn, el bajista, me contó que se habían pillado en un pub que había en un vagón antiguo el mayor pedo de sus vidas. Escuché ese disco sólo un par de veces en streaming, me moló bastante –como casi todo lo que han hecho, es uno de esos grupos que casi nunca fallan– y se me olvidó comprarlo y/o pedirlo. [Otro inciso: Me cabrea un montón cuando haces una entrevista a alguien de un sello gordo, en este caso EMI, y la gente de la discográfica no te mandan el disco ni siquiera después de haber publicado el texto. El puñetero disco cuesta 20 euros como mucho; el espacio en una revista de tirada nacional y maja, casi 100 veces más. Me cuentan periodistas más veteranos que yo que eso antes era impensable, que la crisis de las discográficas ha llegado sobre todo a los departamentos de promo de las compañías] Momentaneamente irritado –esas cosas se me pasan enseguida–, de repente sonó Sofa (of My Letahrgy), del primer disco de Supergrass. "Qué oportuno", pensé.


Elvis Costello también introduce y canta su canción: 'North', que se quedó fuera del disco de mismo nombre.

Seguí caminando por una calle larguísima, pasaron unas cuantas canciones más, y de repente pasó un señor igualito que Elvis Costello en la portada de North, que se supone que es el disco en el que cuenta cómo se rompe su matrimonio y se enamora de Diana Krall, que es lo único que no le envidio al Sr. MacManus. Pocos pasos más tarde, el modo aleatorio seleccionó My Three Sons, de Momofuku, el inmenso último disco del Costello que mola a todos, el del pop rabioso y eléctrico; este es el típico del que se olvidará todo el mundo en las listas de lo mejor de 2008, y para mí es tan importante como si Coppola hubiera vuelto a hacer una gran película. [Me gustan los incisos: Hace unos meses vi la última de Coppola, Youth Without Youth, y sin ser genial, me pareció muy interesante. ¿Es posible que en España ni se estrene ni se eche en falta?]

Estaba llegando ya al hotel y otra vez, el iPod me leyó la mente: "Bueno, no ha sido el mejor concierto de Josh Rouse, pero por lo menos le he escuchado algún temazo como Sweetie o Sunshine". ¿Qué canción creéis que empezó a sonar? Sunshine, de 1972. "Esto lo pongo luego en el blog", pensé. Llegué a mi habitación del hotel, que era como un pasillo con puerta, frío y con poca luz, me tumbé en la cama, cogí el ordenador y me dio una pereza terrible. Me puse un episodio de Weeds y me quedé dormido.


Joe Henry tocando 'Civil War' para LeCargo.org.

P.S.: Al día siguiente me volvió a pasar algo similar. Iba por la calle, vi un libro antiguo sobre la Guerra de Secesión y justo estaba escuchando a Joe Henry cantar Civil War.

24/9/08

Discos de antes (1)

Hay una canción de Quique González de éstas medio escondidas que se titula Discos de antes. Dice en un momento "estas noches encerrado en casa […] escuchando discos de antes"; supongo que él se refería a los que formaban parte del pasado que compartía con la chica que ahora trata de olvidar. A mí en cambio me da por pensar en "discos de antes" que descubro ahora, a veces por casualidad y otras –las que más molan– guiado por otros.


Para el Cold Fact de Sixto Díaz Rodríguez me faltan las palabras. Escucharlo por primera vez esta semana ha sido como cuando me compré el Forever Changes de Love y no sabía si volver a escuchar la misma canción o dejar que el cd rodase en el discman para descubrir la siguiente. Aquí se puede escuchar el disco entero en streaming. Hazlo y ya está.

La historia de Rodríguez da para artículos de veinte páginas, pero yo me he quedado con algunos detalles con los que ya tengo bastante, tampoco es cuestión ahora de volverse loco. Ahora tiene 66 años, yanqui-mexicano de Detroit; a finales de los 60 pudo haber sido una mini-estrella a la estela de los cantautores del Greenwich Village neoyorquino, con el plus de que él si tenía experiencias de vagabundeo y miseria auténticas, sin pijeríos. Le grabaron un disco, Cold Fact, y no se comió nada. Y otro, pero tampoco. Así que lo dejó y se puso a trabajar como operario en fábricas, profesor, hizo sus pinitos en la política local... Por carambolas de la vida, Cold Fact se convirtió en un disco fundamental en la Sudáfrica del Apartheid. Rodríguez permaneció durante años ajeno a este hecho; el resto del mundo siguió ignorándole.

Gracias a un DJ australiano, un fan sudafricano –que montó la web-homenaje sugarman.org- y algún entusiasta que quedaba, se ha reeditado Cold Fact y este verano ha empezado una pequeña Rodríguezmanía. La cosa no irá muy lejos, dentro de dos meses ya no será moderno y otra vez volverán a olvidarse de él. Cabrones. A pesar de que me han previsto un alzheimer terrible, yo sé que nunca me olvidaré de Cold Fact porque 1) hace que folk y funk suenen naturales juntos, 2) es maravilloso que un artista te dé personalmente las gracias al final por escuchar su disco y 3) tiene un verso en la canción 'I wonder' que vale por millones: "I wonder how many times you had sex, and I wonder do you know who will be next".

2/9/08

Fun Home, discos ilustrados, cómics, emocionarse y la velocidad de la luz frente a la del sonido

Hace diez segundos he terminado Fun Home, una familia tragicómica (Mondadori, 2008), una novela gráfica y autobiográfica de Alison Bechdel. No es una novedad, he llegado cuando ya va por la segunda edición en España; en Estados Unidos fue libro del año… en 2006. Me da igual, me tiene fascinado. Este verano fui a Suiza; un día subimos a una montaña muy alta -¿2.500 m?-, giraba sobre mí mismo y no tenía palabras. Eso mismo me está sucediendo ahora.

La portada española de 'Fun Home'

...y la portada de Estados Unidos.

Alison Bechdel es una súper lesbiana, una referencia inevitable en el mundo gay gracias a sus tiras Unas bollos de cuidado, que son un cruce entre la serie de TV L y Mafalda. Fun Home es un libro militante, de despertar sexual, reafirmación ante la sociedad y la familia, y esas cosas; pero es, por encima de todo, un enorme libro. ¿He dicho ya que me tiene fascinado? Da igual lo que diga, hay que leerlo y ya está. Ahora mismo sólo acierto a agradecerle a Bechdel que haya conseguido cruzar su biografía con referencias constantes a James Joyce, F. Scott Fitzgerald, Oscar Wilde, Colette, Proust y tal, sin resultarme ni pesada ni listilla ni abstracta ni injustificada. También que, como lector pendiente del Ulises de Joyce que soy -cuando estudiaba Filología Inglesa me autoimpuse que al acabar la carrera me lo leería; será por eso que dejé tres asignaturas colgadas-, me haya descubierto una nueva expresión guay: "Entre Escila y Carabtidis".

Un detalle que me ha molado de ella es que su hermano John era miembro de Ministry y Fear Factory, dos grupos que a mí hermano le molaban mucho. De hecho, recuerdo que la primera vez que entré en la FNAC de Callao, fue al poco de abrir, acompañándole para comprar un disco de Fear Factory. Lo curioso es que John también ha estado en dos bandas con nombres comiqueros: Killing Joke -el clásico batmaniano de Alan Moore con el Joker más acongojante de la historia– y Brian Brain -Miguel Ángel Martín tenía un personaje llamado Brian the Brain; MAM es un dibujante que no me gusta nada y hubo una época en la que estaba por todas partes, un coñazo-.

Miguel Ángel Martín en este video cita a Picasso y Velázquez y luego dice que no es que él se repita, si no que es fiel a su estilo. Huevazos tiene...

Es una coincidencia pejiguera, pero es que últimamente escucho a unos cuantos músicos a los que se nota que les mola el mundo de la ilustración. El más claro es The New Raemon. Hoy me he enterado de que en octubre sacará nuevo disco, el segundo de una historia que empezó este año. He escuchado dos canciones nuevas en su myspace que ha colgado hace poco. Son brutales, especialmente 'Vale por todo lo bueno'. Detesto cuando la gente dice "debería ser obligatorio escuchar este disco" o "tendría que enseñarse en las escuelas", así que no diré gilipolleces por el estilo. Sólo puedo decir que, como me va a pasar con Fun Home, no paro de regalar su anterior disco A propósito de Garfunkel a amigos. Ninguno me ha pedido el ticket para descambiarlo.

El mejor disco del mundo.

Ese disco tiene unas ilustraciones flipantes de Martín Romero, desde la portada a las viñetas que ilustran las distintas canciones en el interior del libreto. Es como Edward Gorey pero en mediterráneo. Mañana me arrepentiré de esta definición. El caso es que mola. Cuando la gente pregunta con condescendencia "¿por qué sigues comprando discos?" me dan ganas de sacarle A propósito... y plantárselo delante de las narices. "Por esto, tío, porque mirar esto me hace feliz".


Ahora está sonando Aimee Mann, su disco Lost in Space, que, además de la portada tan chula, contenía una historieta de Seth en la línea deprimente-existencial de toda su vida. El otro día finalmente entrevisté a Ron Sexsmith por teléfono y al principio hablamos de cómics, porque había leído en un Mondo Sonoro que le molaba mucho su compatriota. Por cierto, estaba delante del piano y tocó un par de acordes; casi me muero del gusto. Seth es un triste del carajo, y cuando leí Ventiladores Clyde me quedé con un bajón de la leche. Lo cogí prestado de la librería Panta Rhei, en la que durante un par de meses tuve el mejor trabajo de mi vida. No cobraba mucho y no me podía permitir por entonces gastar en discos ni en cómics. Un par de meses más tarde, ya ganando la pasta inmensa que me permite llevar este ritmo de viajes, lujos y grandes dispendios, volví y me lo compré. No pienso volver a leerlo, quiero ser feliz, pero me gusta tenerlo cerca.



Aimee Mann cantando 'Ghost World', una canción sobre el cómic de Daniel Clowes, que no está mal, pero donde esté Adrian Tomine...


La semana pasada salió el primer número del Vanity Fair español, en el que curra un amigo. Les ha quedado una revista muy buena. En una de esas entrevistas que hacen en plan "un perfume, una prenda, un amuleto, una canción..." preguntan también "tu coffee table book" -ese libro-objeto para tener encima de la mesa del salón y deleitarse pasando sus páginas-. ¡Qué snobs! Bueno, es VF, ¿qué esperaba? El caso es que me puse a pensar en cuál sería el que yo diría en el hipotético caso de que me convirtiera en RR PP de Hermes o Duque de Siruela y decidí que sería el Scrapbook de Adrian Tomine. Viene a cuento, porque ahí salen los pósters que hizo para Weezer, la portada del grandes éxitos de Luna, un single y un retrato que hizo para Eels y, lo mejor, los pósters de la serie Rock Lives! que hizo para las tiendas de discos Virgin. Para mí Tomine es el mejor. Me gusta más que, cuidado que voy, Daniel Clowes, que se supone que es al que imita descaradamente.



Las cuatro ilustraciones de la serie 'Rock Lives!' de Adrian Tomine.

Otro tipo que me gusta mucho, Lightspeed Champion. Con su disco Falling Off the Lavender Bridge me enviaron un fanzine comiquero muy chulo, lo tengo ahí guardado.

Lightspeed Champion, 'Galaxy of the Lost'

El tipo, además de hacer un pop afolkado a lo Conor Oberst -aunque es menos introspectivo,
más 'alegria-de-vivir'-, por lo visto en Youtube pilota bastante de cómics. De hecho, dice que le importa más su colección de cómics que la de discos. A mi ahora me pasa algo parecido. No me dan arranques completistas con Elvis Costello o Neil Young, pero sí con Jeph Loeb & Tim Sale o Peter Bagge.


El chico de Lightspeed Champion hablando de cómics en vez de hacerlo de su disco. Igualito que Paco Umbral.

Iván Ferreiro hizo este año una edición especial de su disco Mentiroso mentiroso en el que cada canción tenía su propia historieta, todas de artistas españoles del entorno de la editorial Astiberri. Hay que aplaudírselo, porque el tío se preocupó de que el precio no se fuera a la parra. Entre las firmas está Sandra Uve. Le dejé su cómic Los juncos -un relato autobiográfico-catártico que puede relacionarse con Fun Home- a una amiga el otro día con la misma pasión con la que recomiendo a a The New Raemon. Me envió un mensaje diciéndome que le había hecho llorar y me puso súper contento. Sí, bueno, cada uno se emociona a su manera.

Pienso en las viñetas tan sentidas que hace últimamente Juanjo Sáez para Rockdelux. Es lo primero que me veo de la revista. Cada mes pasa a una página lo que le produce o le recuerda una canción, en bruto, sin filtros intelectuales -qué paradoja siendo RDL-. El sonido viaja más lento que la luz, no sé si es por eso, pero a mí ahora un gran cómic me hace llorar o reír con una facilidad que no logra una gran canción.

The New Raemon, 'El saben aquel que diu'-

10/8/08

En defensa de Macca


Este fin de semana he estado revisando unos podcasts que hacen en la Rolling Stone yanqui. Mi favorito es el de Peter Travers, el simpático y vehemento crítico de cine de la revista. Sale delante de su ordenador y más o menos te viene a decir que película hay que ver, cuál hay que odiar, quiénes deberían estar en la lista de candidatos a los Oscar… Cosas de freaks. También hay otro que se llama 'New Music Report' en el que cada martes hablan de discos nuevos. Los tienes todos en iTunes para descargártelos cómoda y gratuitamente.

En el del 5 de junio de 2007, Joe Levy, que es algo así como el que dirigía la revista en el día a día, aparece junto a uno de mis periodistas musicales favoritos, Robert Christgau. Nota curiosa: ninguno de los dos está ya en Rolling Stone, el primero es ahora jefazo en Blender y se llevó al segundo. Christgau me recuerda a un profesor que tuve en mi año de Erasmus en UEA, Robert Clark. A pesar de que era un bocazas sobrado –una vez, para pasmo de toda la clase, hablando de un viaje que hizo a España, dijo que si pagas una cantidad puedes torear un toro bravo; "Yo mismo di unos muletazos". Imposible convencerle de que aquello era una vaquilla-; a pesar de toros y demás tontadas que dijo, continúo, me caía simpático. A veces, para pasar el rato y aprender algo, le echo un vistazo a la Enciclopedia Literaria que dirige.

Finiquitada esta asociación de Roberts, vuelvo al podcast del que hablaba. Christgau reconoce a Levy que se equivocó dando tres estrellas al último disco de Paul McCartney, Memory Almost Full. "Deberían haber sido tres y media", corrige. Vale, no es gran cosa, pero para esta gente tan profesional, con una tradición de periodismo musical a sus espaldas de varias generaciones, una rectificación así es algo muy serio. De todo lo que dice, lo que más me interesa es cuando le compara con Dylan, Lou Reed y Neil Young: "Probablemente no tenga pensamientos tan profundos como ellos, es más mundano, pero le cuesta mucho menos dar con buenas melodías".


"Wings, la banda que les habría gustado ser a los Beatles". Alan Partridge, un fan.
Hay muchos prejuicios con McCartney. Probablemente él sea culpable de algunos. Es, sin necesidad de hacer encuestas, el beatle más odioso. Ringo era el simpático pasota, George el tipo amable y cándido que se llevaba bien hasta con el tío que le quito la novia, John murió antes de haberse convertido en un Bono... Y ahí quedó Paul, con los Wings, una banda que parecía de chiste -la favorita de Alan Partridge, el odioso personaje creado por Steve Coogan–, pegado a la pesada de su mujer Linda, haciendo el gilipollas con Michael Jackson en vídeos como éste…

Poco después de hacer este vídeo, Jacko le robó el catálogo de los Beatles a Macca. Cosas de colegas.

No se lo puso fácil a sí mismo, sencillamente. Yo también he tenido que superar mis prejuicios para disfrutar de discos como Memory Almost Full. Creo que Elvis Costello me ayudó con Spike, el disco que hizo junto a Macca, del que me quedo con 'Veronica', la canción que el gafudo escribió a su abuela.
'Veronica', escrita a medias entre Costello y Macca. El vídeo es precioso. Para la época.
Macca además parece una señora mayor, se tiñe rarísimo, yo diría que se estira la piel y se maquilla, es casi una caricatura. Cuando habla además me recuerda a Manolo de la Calva, del Dúo Dinámico, y eso no puede ser bueno. Creo que además la historia oficial del pop le ha dejado en una posición impopular. Está claro que miraba la pela y que tenía mentalidad de empresario, pero, coño, era su trabajo y el resto de Beatles (y herederos) se han beneficiado de su prudencia, parando algunas operaciones que les habrían dejado sin poder sobre su obra.
Manolo 'Dúo Dinámico' de la Calva; siempre me ha dado mucha grima su físico, igual que el de Macca
Volviendo a la música, es muy raro que otro artistas, sobre todo jóvenes, citen a McCartney en solitario como uno de sus favoritos. Una vez hablando con Siwel, un valenciano en la onda de Elliot Smith, me sorprendió citando los tres últimos discos de Macca como referencias. Si la gente de los Beatles tiene recopilatorios y poco más, de Macca en solitario se asume que algo estará haciendo si sigue vivo. Cómo para esperar que sus discos se escuchen con atención.

De Memory Almost Full no se hicieron apenas reseñas, mucho menos artículos. Ni siquiera la crítica especializada se inmutó. ¿Puede uno imaginarse que Lou Reed, Bob Dylan, Neil Young, Bruce Springsteen, David Bowie, etc. sacaran un disco y se mirase para otro lado? Aunque sea sólo por historia, ese disco hay que escucharlo. ¿Por qué es implanteable que alguien como él actúe, por un poner, en el FIB, pero sí pueden Leonard Cohen o Brian Wilson?

Lo más sorprendente es que además Memory Almost Full es un disco enorme. Christgau se quedó corto y seguro que ahora volvería a rectificar. Ha pasado un año y el disco crece. ¿Cómo puede un tío que lleva casi medio siglo haciendo canciones encontrar aún melodías nuevas, componer cosas que te dejan con la boca abierta?

Suena ahora 'Ever Present Past', una pieza barroquísima construida sobre un bajo omnipresente y saturado, y no lo entiendo. Bob Dylan dice que cuando escucha a Paul McCartney con canciones nuevas se tira de los pelos, que no comprende de dónde sale ese talento. Debe ser frustrante para un tío que ahora se agota rehaciendo a su manera todos los géneros del folk americano, comprobar que hay un inglesito de su edad que aún encuentra nuevas maneras de seguir haciendo simple y llanamente POP.

¿Alguien ha caído en la cuenta de que en diez años ha sacado cinco discos seguidos buenos? No digo excelentes, obras maestras ni exageraciones de esas... Discos buenos, bien hechos, que no tirarías a la basura, que puedes escuchar. ¿Cuántas mierdas facturan esos indiscutibles sin que su credibilidad se vea dañada? Es más, ¿pueden 'obrar' con la regularidad de Macca? No comiendo fibra...


'Only Mama Knows' en el show Later With Jools Holland.

'Dance Tonight', con Kylie Minogue cantando como un grillo la última nochevieja.
A mí me parece flipante que un tío de 66 años que podría dormirse en sus laureles, vivir de las rentas y no mover un dedo en lo que le queda de vida, siga dispuesto a aprender a tocar la mandolina en 'Dance Tonight', que quiera divertirse hablando de sí mismo en 'That Was Me', que deje escrita la canción para su funeral quitarle el marrón a sus hijos de elegir una ('The End of The End'), que quiera recuperarse de la decepción que supuso descubrir que la pata de madera de su ex Heather era en realidad el palo de su escoba de bruja... Yo voy a empezar a decir más a menudo que me gusta Paul McCartney. Incluso creo que voy a aprender a tocar 'No More Lonely Nights', el primer videoclip del que tengo un recuerdo claro.

26/7/08

Josele Santiago, Patrimonio Encontrao de la Hispanidad

El jueves medio birlé el nuevo disco de Josele Santiago. Se titula Loco encontrao y es el tercero que hace en solitario el ex Enemigos. Venía sin los títulos de las canciones, así que tirando de la hoja de prensa que le han escrito voy adjudicándolos según los escucho. La que justo acaba de terminar es la tercera, que creo que se llama 'De repente nada', pero no pongo la mano en el fuego.

Es una canción impresionante y con una de las mejores letras que le he escuchado. Imaginad a Josele volando en avión y acordándose de sus amigos muertos. En las alturas cree que les siente más cerca: "casi les puedo tocar". El ritmo tiene cierto balanceo de valsecito que no podría encajar mejor con lo que va cantando Josele. Cuando canta "sube, nube, hazlo por mí" te elevas con él. Uno de los mencionados amigos muertos es An-Tonio, un flamenco-rockista maldito al que músicos de todo signo veneran, pero que la mayoría del público directamente desconoce que existió. No me voy a hacer el listo, yo le conozco porque Los Enemigos le escribieron esta canción.

Si se trata de confesar lo ignorante que soy, ahí va otra: no escuché a Los Enemigos hasta que vi Tengo una casa (1996). Es una película a la que le guardo cierto cariño, vete tú a saber por qué. No la volvería a ver ni loco, estoy casi seguro de que ahora me rechinaría todo: salían Nancho Novo y Pedro Alonso, dos actores a los que, lo siento, no trago. Por no hablar de esa Silke, pobre chica, una Marisol de la era grunge.

El caso es que en Tengo una casa la bso era de Los Enemigos, que era muy bluesera, con un instrumental en guitarra acústica que me gustaba un montón. Hubo por lo visto un jaleo enorme con su discográfica, no querían ceder al grupo o no sé qué historias. La directora de la peli, Mónica Laguna -una tía majísima-, me lo contó una vez, pero se me ha olvidado. El caso es que la bso de Tengo una casa acabo como cd de regalo por la compra de Gas (1996). Esta es una entrevista de aquella época, en Lo + Plus, que es un programa decente al que la mierda de entrevistas que se ven ahora en la tele -Eva Hache y Buenafuente, estoy hablando con vosotros- ha hecho bueno.

A mí, hereje, me interesa mucho más Josele en solitario que cuando estaba en Los Enemigos. Lo mismo no es tan excitante para el público rockista, pero resulta más especial y distinto en su faceta de cantautor 'ajazzeteado' -esta palabra no existe, ¿no?-. Cuando salió el primer disco de Josele, Las golondrinas etcétera (2004) venía acompañado de un dvd con el documental de la grabación. Era una gozada verle en plan intérprete, con una banda súper polivalente, siguiendo al líder, aprovechando los pliegues de su voz retorcida, conteniendo el aliento… Grababan todos en directo y Josele cantaba desde una cabina aparte, concentrándose en extraer todo el jugo a la letra.

Suena la última canción, 'Mar de fondo', que tiene una coda que parece el 'Layla' de Eric Clapton, súper emocionante. Por cierto, ¿alguien puede escuchar esa parte de la canción sin pensar en un camión nevera con gánsteres colgados en ganchos? Yo no.


El disco sale en septiembre, con un nuevo sello, El Volcán Música, del que está detrás Javier Liñán. No es casualidad, fue él quien se llevó a Josele a Virgin cuando era jefazo en esa compañía. Ha fichado también a Albert Pla y a Josete, un colega de la peñita Al Compás de La Excepción -otros que andan a tortas con la industria, más concretamente con Dro, a los que acusan de haberles choriceado-. Además, El Volcán de Liñán tiene la jugosa contratación de Los Planetas, que dan conciertos ya sólo por miles de minolles.

Josele las ha pasado finas para sacar su tercer disco, algo que parece de coña pero que es la cruda realidad. En una entrevista que concedió hace un año y algo a César Luquero, experto máximo en cuestiones joselianas, le contaba: "Me han dicho en Virgin que soy un producto deficitario. Lo de deficitario, vale, pero lo de producto me jode". Con tipos como él, habría que adoptar posturas como con la seguridad social: ¿desde cuándo hay que ganar dinero con gente que es un bien público? Cada vez que escribe una canción está abriendo puertas a la música, a la cultura... a la expresión en castellano. En este disco hay un momento que dice escojondriao y suena a gloria bendita, a Siglo de Oro. Que venga el idiota de Sabina y aprenda. Si hubiera que presentar una prueba inapelable para reivindicar a Josele como patrimonio de la hispanidad y el casticismo ilustrado, tiraría de esta canción de Garabatos (2006).

23/7/08

Ron Sexsmith, Starbucks y Brandy Alexander



Estoy escuchando el nuevo disco de Ron Sexsmith, Exit Strategy of the Soul. Ahora mismo suena 'Poor Helpless Dreams', que tiene un ritmo trotón un poco raro para lo que suele hacer él y un hammond que se pasa de pesado. Da igual, me encanta. Además, a Sexsmith creo que le he perdonado cosas peores, como esta horrible colaboración que hizo en Cobblestone Runway (2002) con Chris Martin, de Coldplay, con unas bases que parece la BSO de Carros de fuego.

También le disculpo esa manía que tiene de salir en las portadas de sus discos: es un tío con una cara tristona de niño-vieja que da un mal rollo bestial. Por no hablar de su permanente estado melancólico o su fe cristiana, que son cosas que a mí me suelen producir un poco de pereza.

¿Quién aprobó esta portada?

¿Y por qué resto importancia a todo eso que, si no le conocíais antes, probablemente ya haya hecho que se os quiten las ganas de escucharle? Pues porque escribe canciones impresionantes. Le leo por ahí que "puedo arrepentirme de cómo canté alguna canción o de la producción que le hicimos, pero nunca de cómo quedó compuesta". A mí cuando un músico pone en los libretos de sus discos los títulos de sus anteriores LPs, como hacen las editoriales con sus autores, me inspira mucha confianza. Me da la sensación de que es alguien que no hace un disco bueno por casualidad. Josh Rouse o Sondre Lerche, por decir un par que no sean vacas sagradas a lo Steve Earle o Elvis Costello, pueden hacerlo también.

Me gustan también mucho los títulos que pone a sus discos Sexsmith. Este último me parece una metáfora preciosa: "exit strategy" es un término financiero que se refiere al plan de venta de alguien que invirtió en un negocio que ya no le aporta beneficios y quiere encontrarle un comprador. Lo completas con el irónico "of the soul" -hay quien le ha comparado con Sam Cooke por canciones como 'Whatever It Takes', de Retriever (2004)- y ahí lo tienes.

Acaba de saltar el iTunes al anterior disco de Sexsmith, Time Being (2006). Me pilló en un momento tonto cuando salió y no le presté demasiada atención. Fui tan idiota que iba a hacerle una entrevista por teléfono y preferí mandar un cuestionario por email. No sé si fue miedo o pereza, el caso es que no hablé con él. He estado buscando la entrevista, que era para Efe Eme, y ni la encuentro.

De este disco me llamó mucho la atención 'Jazz at the Bookstore'; trata sobre el desquicie que experimenta cuando entra en un (puto) Starbucks -yo quemaría toda la cadena, con sus vasitos de cartón con nombre y sus silloncitos para gilipollas prendiendo bien- y se da cuenta de que tienen puesto a Leadbelly. "¿Cómo es posible que una música que era tan espiritual se ponga como fondo sonoro?", escribía Sexsmith en aquel cuestionario.

Ahora Time Being no me parece un disco menor, creo que me equivoqué al liquidarlo tan precipitadamente. Me está gustando bastante. Creo que el problema es que en su momento Retriever (2004) me pareció tan buenísimo que esperaba con demasiadas ansias lo nuevo de un músico que es mejor disfrutar sin ansiedad.

Vuelvo a Exit Strategy… Por ahora no le encuentro más que cosas buenas –incluso esta vez no sale tan feo en la portada–; la producción tiene un par de cosillas sorprendentes, un sonido más natural y, vaya, orgánico, y los arreglos son preciosos, con la presencia de unos músicos cubanos que le dan un toque bastante chulo. Sexsmith y su productor, Martin Terefe, se fueron a La Habana cuando el disco ya estaba medio acabado y, sin caer en la estupidez de sacarse carné del Buenavista Social Club, le han dado un ligero matiz clásico que sienta bastante bien a canciones como 'Brighter Still' o 'Brandy Alexander'. Esta canción está escrita a medias con Feist -que es también canadiense y ya versionó de Sexsmith en Let It Die (2004) 'Secret Heart'- y creo que es una de mis favoritas.

Salía ya en el último disco de Feist, Reminder (2007), pero a mí me mola más esta versión de Sexsmith, menos minimalista y con unos coros de A Girl Called Eddie preciosos. Me recuerda un poco a Randy Newman y todo, aunque le falta un pelo mala leche, que Sexsmith a veces me resulta un poco cándido en sus letras. Quizá por eso también me gusta, así que no es una pega.

Acabo. Estaba viendo vídeos de Later with Jools Holland el otro día y me encontré este de Ron Sexsmith hace cinco años. Holland le acompaña al piano y al lado tiene sentado a Michael Stipe, de R.E.M. A lo mejor es fervor de fan, pero ¿no tiene Stipe cara de estar flipando?

20/7/08

Variable, discreto y finito

Hola,

Andaba dando vueltas por la wikipedia y me he quedado un rato dándole vueltas a este párrafo:

"Para comprender mejor los tipos de variables, es necesario conocer la definición de Conjunto discreto. Un conjunto es discreto si está formado por un número finito de elementos, o si sus elementos se pueden enumerar en secuencia de modo que haya un primer elemento, un segundo elemento, un tercer elemento, y así sucesivamente"

Estaba buscando la definición de aleatorio. Últimamente, unas cuantas personas me han contado que una de sus cosas favoritas es ponerse el 'canciones aleatorias' del iPod de turno y echar a andar.

Yo quería también echar a andar, pero no sabía muy bien ni hacia dónde ni cuando ni cómo, así que le ha dado a la opción de 'canciones aleatorias' y he abierto este blog. He tardado 14 canciones en empezar la entrada -ahora acaba una del nuevo disco de Biggott que tengo sin titulo (y que no sé si finalmente habrá publicado alguien), pero en la que dice "tú eres mi preciossssaaaa" con un acento raro; ahora comienza 'She Knows', de Richard Manuel, que venía en una caja de The Band titulada Across the Great Divide-.

De la definición que pegaba más arriba me quiero quedar con las palabras variable, discreto y finito. No voy a hacer planes, que es la mejor manera de no cumplirlos, pero al menos me impongo un par de ideas: escribir sobre lo que me apetezca sin obligarme a mantener una coherencia forzada, hacerlo sin querer llamar la atención y sabiendo que no tengo tanto sobre lo que opinar, conociendo mis límites.



Acabo y sale una canción del recopilatorio Stax 50th Anniversary. Canta Albert King y se titula 'Born Under a Bad Sign'. Hay que fastidiarse.

Saludos,
Manu